Propongo el pranayama como técnica sutil de investigación. En los meses calurosos en los que se agitan el cuerpo y la mente, la respiración es una buena técnica para aquietarlos.
Quiero destacar en éste post el pranayama que se realiza alrededor de la nariz, utilizando los dedos de la mano que van alternando la respiración. Desde el lado izquierdo al derecho, con sus respectivas pausas tanto al inhalar como al exhalar.
Es cierto que el arte de utilizar la mano se va refinando con la práctica delicada. No es cuestión de apretar sino de tocar e ir notando como el movimiento del aire transcurre de un orificio al otro. Destapándolo y purificando los conductos que a veces están obstruidos por su poco uso en lo cotidiano.
Empieza en tiempos cortos, para no agotarte y notar como el prana o vitalidad va en aumento tanto en su longitud como en su duración. Esto significa que puedes hacerlo al principio sin contar, para luego ir añadiendo los ratios respiratorios por ejemplo: de 4 tiempos al inhalar, de 4 tiempos al retener, de 6 tiempos al exhalar y de 4 tiempos de pausa. Y así ir repitiendo los ciclos sostenidos en unos 10 minutos. Para luego dar paso a la naturalización del aire. Viendo sus diferencias alrededor de la nariz y notando como el cerebro aquieta su parloteo.
Descansa en un punto encima del labio superior unos 5 minutos en Meditación para cerrar el ejercicio.
Este pranayama también surte su efecto frente a la ansiedad y ayuda a dormir.
Puedes practicar en tiempos breves para ir conociendo su efecto de sosiego, restaurador de los nervios y de calma del cuerpo entero.
Esta técnica de pranayama forma parte de los talleres de yoga que suelo organizar todos los trimestres.
Iniciación a la Práctica de Pranayama de 10 minutos (Audio)
Práctica de Pranayama
Establécete en el aquí y el ahora.
Baja hasta el centro
donde el mundo no da vueltas
y bebe esta paz sagrada.
Siente el alivio fluyendo hacia cada célula.
Nada que hacer.
Nada que ser sino lo que ya eres.
Nada que recibir sino lo que fluye sin esfuerzo del misterio hasta la forma.
Nada de lo que huir ni nada hacia lo que correr.
Solo esta respiración.
La consciencia que se conoce a sí misma en un cuerpo.
Solo esta respiración.
La consciencia despertando a la verdad.
Poema de Dana Faulds