Gabi Fernández
Mirando la imagen se podría deducir que además de ser profesora de yoga, soy una apasionada de la naturaleza, de la escritura, del dibujo, y de las artes escénicas.
Todo forma parte de mí, encajando en un equilibrio casi perfecto que me hace bien.
Aunque me dedico a la enseñanza desde hace casi 20 largos años, fui teniendo varios cambios que surgieron de ablandar la práctica y de sentir el cuerpo con sutileza y amabilidad.
Desde un entrenamiento muy disciplinado fui abriendo a un enfoque de exploración para llegar a la postura final o asana después de comprender que siempre hay una escucha previa y no algo fijo e inamobible.
En las clases de hatha yoga que imparto puedes descubrir siempre ingredientes nuevos que voy descubriendo de mi propia experiencia en la esterilla de yoga.
Agradezco las enseñanzas de mis maestros que fueron varios desde la tradición Iyengar con Marta Mahou, hasta mi maestro actual Gustavo Diex que además es un profundo conocedor de las artes contemplativas y de él continúo mi viaje que puedes descubrir en estas páginas dedicadas a ti, y a todos los que quieran descubrir el yoga.
Mis valores
Desde que llegué a España en el año 1998 ha pasado tiempo de vida y de yoga.
Es cierto que en Buenos Aires donde nací (República Argentina) ya tenía mucha curiosidad del cuerpo, y tuve la oportunidad de vincularme con el masaje lo cual me involucraba a mí misma y a mis pacientes que recibían mi ayuda en ese entonces.Luego vino mi viaje a Europa y a Madrid donde decidí quedarme y donde encontré mi verdadera vocación de la enseñanza del yoga.
Pude descubrir mis valores de impartir clases y en cierta manera dar una ventana de ver la vida sin apretar, sin intentar anticipar. Dando a entender que la práctica y sus beneficios nos lleva a una fuidez donde se puede vivir más día a día, sin demasiado afán por conseguir resultados inmediatos.
Por supuesto que ésta comprensión o dejarse vivir lleva su tiempo pero en mi visión se puede cultivar, despacio, con paciencia y con la calidez que nos lleva a escuchar cada vez que preparamos la esterilla y nos disponemos a explorar las posturas, los ejercicios respiratorios y la relajación que dan sentido y produce el lento cambio hacia el bienestar integral del Ser.