Sirsasana es un asana que apoya en el antebrazo y la cabeza. El dibujo representa el primer paso para su ejecución.
Es quizás una de las más emblemáticas en la tradición de Hatha Yoga. Desde los textos más antiguos se ve esta representación que necesita de una precisión absoluta. Es imprescindible un equilibrio de fuerzas para proteger el cuello y las cervicales que se ven influenciados al realizar la inversión del cuerpo entero.

Por mi experiencia, es prudente trabajar Sirsasana con el soporte de la pared al comienzo. Esto da un marco de referencia, para poder prestar atención a centrar el empuje en el suelo y subir tocando la pared. Encontrando este primer desafío de equilibrio invertido con los antebrazos y los hombros como protagonistas en la subida y quitando peso en la zona del cuello tan vulnerable como sabemos.
Luego, puedes ir despegando de la pared e ir buscando el equilibrio respirando suave y sin tensar el cerebro en su ejecución sostenida.
Los tiempos son breves y sin agotar, luego puedes ir permaneciendo más tiempo de medida que avanzas en el entrenamiento del asana.

Cuando no es aconsejable practicar Sirsanana

Si tienes algún tipo de lesión en cuello, oídos, vértigos, cefaleas, fiebre o hipertensión no es aconsejable
su práctica.

Beneficios de su práctica

Pero si estás en buen estado físico y sin lesiones es de gran estímulo en el sistema nervioso, y por supuesto a nivel circulatorio y linfático.
Siempre va acompañada de la Vela o postura sobre los hombros porque entre sí se equilibran mutuamente en sus energías masculinas y femeninas.
Realiza ambas y deja que su efecto se interiorice, en una relajación más profunda al final de la secuencia que hayas realizado.

Si estás interesad@ en disfrutar los beneficios de prácticar Sirsasana, te puedo ayudar en 3 modalidades diferentes.