La quietud y la permanencia en Savasana o postura del cadáver que se vé en el dibujo, representa el séptimo chakra, Sahasrara. Este engloba a todo el cuerpo físico y también sutil en un descanso donde la postura yace en la esterilla inmóvil.
Esta inmovilidad es el motivo principal y subjetivo donde la mente, y los sentidos se retiran al interior. En un profundo descanso de la tiranía de los pensamientos que muchas veces no dejan espacio para sentir el silencio.
En el entreno es fundamental este momento que habitualmente está asociado al final de la secuencia. Donde se puede sentir el aroma de la relajación que aparece después de haber realizado las asanas.

Duración

Dependiendo de como haya trascurrido la secuencia puede ser de una duración mínima de 5 minutos y máxima de 10 minutos donde se nota la regeneración interior. Las vibraciones sutiles se producen en todo el cuerpo como un zumbido después de haber realizado una buena práctica. Podrías imaginar como tu cuerpo es un instrumento afinado, en armonía con todas sus partes.

Esta sensación se produce, y es parte de sentir una calma, serena, discreta e íntima que a lo largo del tiempo y de las repeticiones puede ir profundizando a otras prácticas más largas como el yoga nidra donde la inmovilidad dura 45 minutos. En éste sentido, se va entrenando gradualmente en tiempos cortos para luego sostener los largos con paciencia y una observación interna de los procesos que se van abriendo en el subconsciente de claridad y espacio a la quietud.

Conclusión

Savasana es una de las posturas más importantes, porque va directa al sistema nervioso, que desciende y ralentiza en sus apreciaciones rápidas e impulsivas que a menudo dan nerviosismo y poca tolerancia a los momentos cotidianos. Y en su ejercicio se va asociando a un modo de ir en una perspectiva menos reactiva en relación a uno mismo y a los demás.
Como hemos descrito en el taller es el paso a » Florecer«.