Como en el anterior post ya comencé con las posturas sentadas, vemos en éste una de las primeras llamada Vajrasana.
Sentarse no supone una tarea fácil, porque es más entretenido moverse y estar ocupado y distraídos.
Sin embargo el adoptar una asana como vemos en el dibujo lleva consigo mirar y observar el escenario de la mente que no siempre está sereno.
Es el paso inicial sin que por ello suponga un esfuerzo dedicar al día el tiempo de bajar al ras de suelo y quedarse sentado en quietud.
Las ondas cerebrales se sincronizan con el movimiento del aire más lento y se produce el espacio suficiente de escuchar » el silencio».
Es un ejercicio que puedes ir incorporando en tiempos cortos al principio para luego ir aumentando en la permanencia y descubrir un lugar menos cotidiano y de escucha diferente de ti.