El perro es una de las posturas clave en la práctica de yoga.
Perro Boca Abajo o Adho Mukha Svanasana
Echando la vista atrás, en mis inicios recuerdo el entrenamiento del perro boca abajo. Solo tenía que comprender el trabajo que suponía estirar el brazo, que conecta al hombro y llega a la columna vertebral. Luego baja y conecta a través de las piernas para alcanzar los talones que raramente llegan al suelo en un principiante.
En este dibujo se puede ver que aunque los talones tocan el suelo, en la práctica no llegan fácilmente. Esto se debe a los músculos isquiotibiales, que se encuentran por detrás y no son lo suficiente largos y elásticos junto con el tendón de Aquiles para conseguir que el talón llegue a tocar la esterilla.
Pero esto no es tan importante, como la verdadera conexión que se establece entre los brazos, el tronco, la pelvis y las piernas. Tiene que ser un equilibrio de fuerzas para notar toda la cadera posterior que se alarga de forma homogénea, sin tirones, dando tiempo a los músculos que vayan ablandándose y tonificándose.
Ese momento en que el cuerpo encuentra y comprende el estiramiento como un bien, recibe el nombre de perro.
Sus beneficios
Sus beneficios son poderosos no solo para el corazón, al que ofrece descanso, sino para todo el sistema nervioso bajando y relajando el estrés que va almacenando a lo largo del tiempo.
En otro orden es clave para abordar las posturas invertidas que llevan el entrenamiento de brazos que da el sostén para luego mantenerlas sin tensión.
El tiempo de estar es breve al comienzo, luego puedes ir aumentando a medida que vayas adquiriendo práctica y logres respirar en su permanencia.
El Perro Boca Arriba o Urdhva Mukha Svanasana
A diferencia del perro boca abajo, el perro boca arriba es y denota un gran estímulo a lo largo de todo el eje vertebral.
Es cierto que al comienzo es recomendable dejar que el movimiento viaje en la columna en su ejecución con las rodillas en el suelo. Así es más fácil sentir y evitar que haya molestias lumbares, muy frecuentes al realizarla de forma clásica.
Se estimula la columna que va alcanzando como se ve en el dibujo un recorrido hacia arriba y hacia atrás, dando por delante una apertura que deja que llegue más pleno el aire a los pulmones y nutra al corazón.
Esta se practica junto al perro que mira abajo y son como beneficiosas entre sí, en su equilibrio de estímulo y relajación a niveles profundos.
En cuanto a la permanencia diría que poco al principio, es bastante fuerte y daría el tiempo suficiente para observar como sujetan los brazos sin tensión, el movimiento que lleva a la columna a inclinarse atrás con el cuello largo y la mirada arriba.
Luego, puedes entrar en la postura del niño para asimilar la intensidad y notar el descanso a lo largo de toda la espalda llevando el aire sobre todo a las lumbares que son las que a veces se quejan después de la práctica.
Puedes coordinar ambos asanas en una secuencia, por ejemplo en el Saludo al Sol para luego diferenciar y sentir su estímulo, su relajación y su descarga en el cuerpo y en la mente serena.