Después del estiramiento de las piernas que expliqué en la anterior publicación, hay otro tema que merece una preparación. Esta postura nos lleva a descender a ese momento de cuando de niños nos poníamos en cuclillas como algo natural.
Esta preparación que muestro en el dibujo es una manera de abrir suavemente la cadera con la ayuda del brazo, por un lado, y también por el otro.
Para flexibilizar y suavizar esa zona que también está relacionada con la ingle, la pierna y también el glúteo.
Luego al ejecutar la asana, se nota como hay una lubricación distinta después de estar o andar en cuclillas a lo largo de un rato a modo de calentamiento por la sala.
A menudo propongo ésto en clase y causa asombro porque vamos perdiendo la naturalidad de agacharnos, inclusive a modo de juego. Pero es por aquí, desde otra aproximación cuando llegamos a entender algo más sofisticado, como es armar una postura con un gesto más libre, sin forzar la articulación. Con los años, las articulaciones también merecen un cuidado distinto, no tan directo sino proponiendo ejercicios como éste que explico y como parte del proceso de prácticar a lo largo de mucho tiempo y de años.