Como experta que lleva tiempo vinculada al Ayurveda, conocimiento milenario de cuidado y bienestar del cuerpo, mente y espíritu doy relevancia al masaje.

Defiendo el masaje no como algo superficial de ir un día al Spa sino como señal de autocuidado y de rutina diaria.

Es cierto que dedicarle un tiempo a preparar este ritual merece de una reflexión.

El aceite de sésamo que se utiliza en el masaje ayúrvedico abhyanga con movimientos circulares y largos en las extremidades penetra en los músculos y en sistema esquelético. Se obtiene el beneficio de un profundo drenaje linfático, de desintoxicación de los tejidos, de los órganos y de la piel. Además la piel rejuvenece gracias a la intensa hidratación que recibe y la protege de la sequedad ambiental a la cual nos vemos sometidos.

Mejora del Sistema Inmunitario

En un orden sutil podría mencionar una barrera de autodefensa que se va sintiendo porque se produce un aumento de endorfinas que favorece el sistema inmunitario, clave en éstos tiempos donde pensamos que sólo los fármacos nos pueden ayudar.

Las defensas no sólo las conseguimos con sustancias, sino con otras experiencias que por descuido hemos olvidado como ésta tan importante como el automasaje. Por supuesto en caso de querer recibir un tratamiento más profundo recomiendo ir a un experto en la materia. Además un experto en masaje ayurvédico puede distinguir cual es el dosha predominante en una persona: vata, pitta o kapha y adaptar el masaje a tus necesidades específicas.

La importancia de ser tocado

En otro orden y siguiendo en su importancia esta el toque. El tacto de la piel, produce un sinfín de sensaciones, las cuales también hemos dejado de lado, porque la vinculación escasea en éstos tiempos rápidos. Pero se vuelve a conectar, en el lenguaje corporal, de los sentidos, del olor y de la relajación profunda donde se puede descansar y renovar ese bienestar natural y orgánico de sentirnos más vitales después de recibir un masaje.